lunes, 11 de diciembre de 2017

XCVII

Si no estoy contigo te estoy esperando,
si no te veo estoy pensando en ti,
cada cosa que hago es más dificil de disfrutar
si no la estoy compartiendo contigo.

Pero cuando nadie me habla te siento cerca,
y en tus brazos me mantienes,
y yo en mi mente te sostengo,
y nos llevamos a donde no podíamos llegar solos.

XCVI

Hoy yo soy el viento,
pero no todo el del mundo,
sino sólo el que te da a ti en la cara
cuando te falta el aire y lo buscas.

Soy barro,
pero no el que te mancha los pies
yo soy el que te sustenta
y el que te da un árbol, uno que es tuyo.

Soy la lluvia,
pero al menos soy la que te limpia el día
y que intenta tocarte, donde estás,
como te tocaron las lágrimas en el río.

Y también soy el Sol,
pero no el Sol para todos, ese no;
yo soy sólo el que calienta tu espalda;
el que te alumbra la Luna, para que nos veas.

XCV

Loco a tu lado,
didiendo "no" a todo lo demás,
buscándote sin saberlo desde hace años,
aquí y en el otro lado del mundo,
por ti me fui y por ti volví,
por ti sufría solo para obligarme a buscarte.

Si no te tengo, si no soy tuyo
¿para qué tanta vuelta?,
haberte sentido cerca para luego tener que renunciar a ti
es volver a la cueva desde el exterior,
y además perder los ojos,
es tener que olvidar mi música,
y además perder las manos.

Y aunque seguirá saliendo y poniéndose el Sol
y se equilibrarán la realidad y el deseo,
también es cierto
que ahora no me perdería ni un minuto de estar contigo,
por nada del mundo,
y que todo lo que creo haber aprendido,
era para disfrutarlo juntos.
Si eso nos aleja
entonces sé que me equivoqué al venir aquí
y al crear este cuerpo.

Nunca quise entrometerme,
nunca quise hacerle daño a nadie,
nunca quise romper nada,
¿pero qué sentido tendría nacer para perderte?

XCIV

Es la escena clave de la obra,
toda Verona está en pie,
Capuletos y Montescos,
ambas familias ya abiertamente enfrentadas,
entre el público se van cerrando los puños,
falta el aire, ni un ruido,
conocen la historia pero aún así siempre se impresionan.

Ella la sabe representar,
y aunque es muy joven
mueve a todo el que la mira.
Él en cambio, y a pesar de su experiencia,
está sufriendo más allá del personaje,
sabe que el sueño está cercano a su fin,
y que ya Julieta perderá la luz
que en los ojos lleva ahora al mirarlo,
sabe que el abrazo detrás de la tela
perderá la sangre que de uno a otro salta
y comparten cuando mil ojos los miran.

-Con este calor que me entrega ahora...
con mi cuerpo entre ella y el puñal
todo lo que me transmite aquí... ¿Y esto no es ella?
Me niego a creerlo, no puede ser,
me ama, me ama, tiene que ser Ella.

"Sólo está actuando"
"Sólo está actuando"
¿¡Pero cómo puede no ver
que yo estoy viviendo,
aquí y más allá del escenario,
que no es Romeo, que soy yo!?

He soñado tu sueño por ti,
hasta hacerlo realidad
ahora soy el sueño,
y fuera de estos versos muero.
Yo no respiro,
sólo te echo de menos,
con un aire que sale a buscarte
y no te encuentra
y que haría cualquier cosa por ti...

-"Pero bueno, chaval, no te engañes, nadie va a venir a salvarte, ¿cuándo te vas a dar cuenta? Era un mal momento, y ya está."

-Sí, ya, lo sé, por eso he despertado
rompiendo el espejo con el cráneo.

domingo, 10 de diciembre de 2017

XCIII

Entonces empecé a soñar que despertaba,
porque haberla conocido ya fue doloroso,
pero no más que haberla tocado,
y no más que haberla tenido.

Sólo podría vivir sosteniéndola entre mis brazos,
no apretarla contra mi pecho me ahogaría,
y la idea de perderla haría incluso amarga su compañía...
Y no habría fin. Esa mierda no se acaba.

Realmente deseaba despertar anciano
un día, aún junto a ella,
y sólo recordar nuestra vida juntos,
todo lo demás no era soportable.

miércoles, 29 de noviembre de 2017

XCII

Si sólo hubiera un tú y un yo,
tu consciencia, tu espíritu, lo inmaterial
que se manifiesta ante mí a través de tu cuerpo,
tendría necesariamente que ser Dios.

sábado, 18 de noviembre de 2017

XCI

En una sucesión de sueños
veo cómo el país se hunde,
en la calle unos chicos miran al Este y tiemblan,
el viento trae gritos de un mañana
en el que envueltos en seda
se matan de nuevo entre hermanos,
sin embargo todos son lo mismo,
es la misma la rueda,
es el mismo el miedo, y el mismo el sueño,
pero los hay que ni se plantean despertar.

Y así con las manos lisas, la piel suave
y sin una sola herramienta
toda esta generación camina convencida
al campo de batalla.


Mi mente está en otro sitio más productivo,
me han pedido un cuento sobre este viaje
y yo nunca tuve miedo de los insectos.

jueves, 16 de noviembre de 2017

XC

Seguirá aquí cuando tú y yo ya no estemos,
segirá moviendo el agua de nuestra infancia
y nuestro recuerdo seguirá fluyendo en él
aunque se seque,
aunque lo cubran de tela.

Junto a él sueño con tu madera clavada en mi pecho,
deseándola aún sabiendo que me ahoga
y deseando algún día poder caminar tranquilo
sin este peso que me oprime al despertar
desde dentro y desde fuera.

Sueño que tus bordes pasan por mis bordes
y en mi te confundes
y en ti me pierdo
y en ti me sumerjo
y conmigo te pierdes...

Ahora sigo los pasos que hace un mes dejó mi Maestro
pero antes de cada quiebro echo atrás la vista
y miro a este río que nos unió,
mi pequeña rama,
que ni eres mía ni eres de nadie,
esperando verte en la corriente
de nuevo bajo los hilos del sol, entre otras ramas
con tus hojas brillando al mundo
si no en ésta, en la siguiente vuelta del camino.

Y voy despacio por el banco de arena,
pero corren los días
y no sé si acelerar el paso hasta él
o plantar mi tienda junto a la orilla
para esperar que tú me alcances flotando
¿pero cómo estar seguro de si llegarás?,
¿cómo estar seguro de si estás viniendo?

Pronto estaré en Iliria,
¿seguiré allí esperando que me quieras como te he querido?,
¿o llegar a hacerlo como sabía que lo haría
durante el camino que no estamos haciendo juntos?,
¿durante la noche que aún no pasamos?
¿Y por qué tarda tanto en escampar esta lluvia?
¿Por qué cada día más en salir mi Sol a la mañana?
¿Por qué aún más en volver la Luna
si no te tengo en mis manos?

Pero yo sigo seguro. Lo sé, lo siento.
Él me pediría que me observase
y sosegadamente me preguntara cómo puedo estarlo tanto.
Pero tantos son los símbolos que se han dado
y se han repetido de forma tangible
insistente e increíblemente
como si un dios caprichoso que nos aprecia
no quisiera que nos los perdiésemos.
Y tan intensos fueron
que empiezo a pensar que tal vez sea yo
el que debe convertirse
en tierra, en lluvia, en aire, en sol,
para poder ser algo contigo
porque mi fuerza me lleva hacia allí.

Porque esta mañana me he dado cuenta
de un detalle, que es mínimo,
pero que de alguna forma me justifica.
Y es que aquellos que tú recordabas
eran los nombres de mis padres.

martes, 14 de noviembre de 2017

LXXXIX

Para quien por méritos propios me ganó, haciendo que me tragara mi orgullo.


-Ahora descubriré el cuerpo, no os asustéis.
Los estudiantes en un primer momento mantenían las distancias con el cadaver. En la mesa: un hombre, desnudo, muerto. El primer día las preguntas son muy distintas de las que hacen los alumnos avanzados.
- ¿Y cómo murió? ¿Cómo se llamaba? ¿Qué son esos puntos azules en su tripa? ¿Puedes moverlo?...
- Sí, claro que lo puedo mover.
- Ostiás ¡parece que esté vivo! ¿Podemos tocarlo?
- Sí, adelante, tocadlo.
- Dios, ¡qué frío está!
- ¿Y la mesa de alumino? ¿Os parece que esté fría?
- Sí, pero no tanto.
- ¿Y si os dijera que la temperatura es exáctamente la misma?
- Eso no puede ser verdad. ¡El cadaver está mucho más frío!
- Pues no, pero ya sé que eso es lo que sentimos todos al tocar algo que esperamos que esté vivo, a alguien.
Mientras pasaba esto algunos alumnos no se atrevían a tocar el cuerpo. "Venid a tocarlo", les decían sus compañeros desde la mesa, "si notáis el frío veréis que está muerto".

En otra mesa había dos cadáveres ya abiertos, un hombre y una mujer, en ellos los órganos estaban expuestos, allí los alumnos acudieron en masa, las chicas querían ver cómo era un útero por dentro, y lo revolvían todo en el bajo vientre del cadaver femenino, los chicos se arremolinaban ante los testículos del cadaver masculino abierto, todos voceaban.
De nuevo el grupo de alumnos que no quería tocar el primer cadaver se mantenía al margen, pero esta vez estaban enfadados, tenían los puños cerrados, y sobre los gritos animados de sus compañeros se los oía insultándolos: "¡malditos idiotas, irrespetuosos, buitres! Esa no es manera de tratar a un ser humano, ¿dónde está vuestro honor?"
- Pero si este tío ya está muy muerto, miradlo, ni siquiera parece una persona, sólo se ven las partes, es como ir al taller.
- ¿Y qué pasa con el otro?
- El otro es diferente..., no sé, sigue pareciendo un humano.

El profesor se acercó a estos alumnos objetores y les preguntó qué solución proponían.
- Que sean más respetuosos y punto.
- Oye, seremos respetuosos con las personas,- respondieron los demás, -pero esto son sólo piezas de un cuerpo.
- Buena suerte entonces cuando el día de mañana seáis médicos, porque ningún paciente vendrá a la consulta abierto, con su cuerpo anatómico, para que reparéis una u otra pieza. Vendrán con sus cuerpos completos, sus matices, su alma, sus circunstancias, sus dramas... Así nunca seréis buenos médicos. El cuerpo anatómico es una gran mentira, porque es sólo una visión parcial y además corrupta.
Y esto que estáis haciendo ante esos cuerpos abiertos es medicina moderna, la medicina moderna es violenta, es traumática, y hay que sanarse de su intervención. Y el respeto que sentíais ante el cadaver fresco era muy humano, porque hay algo en nosotros que no es animal, que no es terrenal, y nuestros cuerpos lo irradian.
Somos un ser que es un todo muy definido. Y es un error pensar que estamos construidos a base de partes, es un error cerebral, porque no somos coches. Nuestras partes no nos conforman, fuimos nosotros los que formaron las partes, cada una de ellas, desde la nada, y esa es la historia que nos cuenta el embrión. Desde el primer momento en que el óvulo se convierte en zigoto empezamos a desarrollar estas partes, y somos ese embrión hasta el día de nuestra muerte, nunca dejamos de seguir desarrollando las partes, siempre manteniéndolas, siempre cambiando de forma, como lo hace también un niño, o como lo hace un adulto, aunque más despacio.
No cometáis el error de buscar sólo la verdad en la materia, en el cuerpo, como vuestro Netter y Sobotta, hay que ir también a la verdad de la mente, del espíritu. Esos libros os lavan el cerebro, os hablan de origen, inserción y acción, pero los movimientos no parten de los músculos, una mano no se supina y se extiende, eso es un efecto, o una acción tal vez, vale...; ¡pero eso no es humano! Nosotros ofrecemos nuestra mano, ahí está el gesto, el acto de nuestra voluntad... y no tiene nada que ver. Todas esas fibras que veis ahí, más secas ya que la mojama, tienen un sentido profundo, tienen una voluntad de ser, y así es como funcionaban cuando esta gente estaba viva, y así es como hay que tratar de entenderlas.
El único momento en el que somos conscientes de un músculo concreto es cuando nos duele, el resto del tiempo nos movemos obviándolos, son transparentes para nosotros, están ahí y nos dan la posibilidad del movimiento pero no los podemos percibir, y el acceso que tenemos a ellos es a través de gestos, de actos de voluntad. Y tu voluntad no está en tu cerebro, está quizá en tu cuerpo, en tus vísceras, y también está más allá, en otro sitio.

- Profesor, ¿ha dicho que somos un embrión toda la vida? ¿Entonces está también diciendo que un embrión de unos días ya es un humano?
- Te responderé a esa pregunta con otras: un hombre adulto es un ser humano, ¿no?
- Sí, claro, por definición.
- ¿Y un adolescente? ¿Es menos humano que un hombre?
- No, a ver, o se es humano o no se es humano.
- ¡Ah! Eso es lo que quería oirte decir. Y un niño por lo tanto seguirá siendo tan humano como un adolescente, y un bebé seguirá siendo igual de humano... Bien, ¿y un feto?
- ¡Eh! ¡Oye, oye! Que un feto no es tan humano. ¡Aún no ha nacido!
- ¿Cómo? ¿Respirar por medio de los pulmones otorga la humanidad? ¿Y antes de eso dices que no es tan humano? ¿Porque es perro acaso? ¿O primate? ¿O tal vez un protozoo así grande?
Sigue siendo la misma esencia, su esencia... es tan humana como la del adulto. Mirad, lo peor que hay en la vida es engañarse, no seáis así de cobardes, las cosas hay que pensarlas hasta el fondo, no seáis como esta sociedad. ¿No estábamos de acuerdo en que humano se es o no se es? Pues bien, yo digo que tan humano como el feto es el embrión, y tan humano es la blástula, es la mórula y es el zigoto. Es un humano completo y por pleno derecho, que está desarrollando su cuerpo, igual que vosotros y yo en este mismo momento, aunque a velocidades diferentes. Lo que nosotros contamos por años en él se cuenta por semanas, días, horas.

- ¿¡El zigoto es un humano!? ¡Pero qué locura! ¿Está aprovechando para hacer propaganda contra el aborto? Nos quiere evangelizar.

- Yo no hago propaganda ninguna, no emito opiniones morales, sólo estoy razonando esto aquí y ahora, con vosotros. El óvulo es una célula, una célula especial, como el espermatozoide, y son la posibilidad de la vida, son sólo posibilidad porque se buscan el uno al otro para realizarse, como un hombre y una mujer son la posibilidad de algo más grande, sin estar juntos no son "la vida", pero el zigoto, que a la vista es, casi, lo mismo que el óvulo, es totalmente diferente, ya no es una célula. ¡Es un cuerpo! Yo veo un cuerpo. Y en nuestro caso un cuerpo humano.
La célula es una partícula de la vida, pero no es la entidad de la vida como os han enseñado en el colegio, la entidad de la vida es el cuerpo, el organismo. Tendrás que ser consecuente y recordar esto si un día decides abortar, esa decisión es tuya, claro, pero de nuevo, por favor, no te engañes a ti misma, un embrión es tan humano como tú y como yo. Eso es lo que yo creo.

Y hablando de decisiones, todos vosotros posiblemente creáis que en vuestros cerebros está lo que os hace ser quien sois, pero os equivocáis, vosotros habéis hecho vuestras partes, y célula a célula habéis hecho vuestro cerebro, del no ser al ser. El cuerpo se desarrolla a partir de nosotros, y no al revés. El cuerpo es conducta, y no hace falta buscar la conducta en el comportamiento, por ejemplo, de un animal, no hay más que observar su cuerpo, porque él mismo lo ha creado. Somos organismos que componen células, recordad.

Este hombre que veis aquí en la primera mesa... ésta no es ni siquiera la primera muerte de su cuerpo. Ha habido varias transformaciones ya, la primera fue cuando se disolvió la pared del zigoto, que originalmente era la membrana del óvulo, pero esa no la había creado él, la creó el cuerpo de su madre. También se disolvieron antes las diferentes partes del esperma que entró en el óvulo, para dejar sólo el núcleo. Pero realmente la primera muerte llegó con el nacimiento, en el que salió doblemente de su propio cuerpo. En primer lugar de la placenta, que es el cuerpo original que él mismo se creó, que él organizó componiendo las células circularmente en lo que llamamos el trofoblasto de la blástula, con el tiempo se fue desarrollando más y terminó llegando a ser la placenta, que en el proceso del parto y nacimiento muere. Luego está la madre, con el parto la "madre embarazada" desaparece, el embrión abandona el que también fue su cuerpo, porque en la segunda semana se integró en la estructura corporal y nerviosa de su madre y actuó sobre su hipófisis para evitar ser evacuado en la menstruación. En ese momento él y su madre fueron uno, un único sistema nervioso, si no lo creéis pensad en lo lejos que está la hipófisis del útero.

Aquí también [...]
JvdW

lunes, 9 de octubre de 2017

LXXXVIII (El muro)

El muro parece reciente pero varias grietas lo cruzan, su altura es difícil de calcular. En él sólo hay un portón. Al otro lado es de día, a lo lejos se ve caer lentamente la torre de yodo. A través de la cerradura y entre la luz adivino caras de gente que me quiere, que vive muy lejos y a la que aún no conozco, pero a la que también quiero. Nos veo sonreir, eso seguro. En este lado creo que tampoco estoy sola, o tal vez sí... no lo sé, la luna nueva impide ver mucho, pero algo nubla mi percepción del tiempo, todo parece inminente cuando no lo es, siento que tengo que correr, cuando sé que no tengo porqué.

¿Qué hay detrás del muro?
-Detrás del muro estoy yo, y te espero
detrás del muro volvemos a estar en el río,
están la rama y la vara,
están el Sol que soy y la Luna que eres
y Alejandro sigue entre nosotros.

¿Y puedo pasar?
-No por la puerta, no se abre desde este lado,
debes escalar el muro, y es peligroso,
pero aún no puedes, has de hacerlo sola,
si cruzaras ahora creo que no deberías verme.

No te entiendo, ¿por qué?
-Porque cruzarías con cuerdas que te atan a este lado;
tú ya no las ves, pero tiran de ti ahora mismo,
te has acostumbrado a su peso y las has olvidado,
y no ves cómo te hunden en el fango;
cruzarías tú y arrastrarías a la culpa,
y ésta podría destruir el mundo del otro lado
porque se enredaría en las cosas que quieres,
a mí me ataría las manos, se llevaría mi voz,
me rasgaría los párpados y el pecho,
se enredaría en mis piernas y me verías caer,
y el sueño se volvería así una mentira.

Aún así, ¿por qué me haces esto? ¿Por qué me has hecho este muro?
-No... Yo no he levantado el muro,
ya estaba aquí cuando llegué;
estuve un mes sufriendo, picándolo en la base,
yo sólo he hecho la puerta.

domingo, 8 de octubre de 2017

LXXXVII

Sientes que el lugar está vacío porque no estoy,
pero es sólo que no me estás viendo,
yo sí estoy ahí y te veo a ti.
y te veo sin ánimo y me duele
porque tú debes ahora iluminarlo sola,
y puedes de sobra, creo que más que yo.

Enciende a la gente que te quiere
y también a la que no sabe quién eres,
alegra los días ajenos,
recuerda que si sonríes el mundo sonríe contigo
y que eso llega hasta mí.

Llena tus días y crea,
haz lo que sientas y observa cómo te sientes
sigue escribiendo, mira cómo vas cambiando;
piensa en quién quieres ser
y lucha por convertirte en esa persona,
date cuenta de que no necesitas a nadie para completarte,
y que para construir algo más grande juntos
ambos tienen que aportar mucho,
y tú puedes aportar tanto...
Pero sólo si crees. Demuéstratelo.

Pelea, cree en ti y disfruta del proceso
lucha por lo que quieres conseguir
es fácil, puedes, céntrate, tienes una misión
y luego, si así lo sientes,
rasguña las piedras hasta mí.


Y cuando tengas dudas vuelve al río
yo estoy siempre ahí, contigo
creo que voy a estar siempre ahí
¿cómo no iba a estarlo?

jueves, 28 de septiembre de 2017

LXXXVI

-Maestro, es aquí, fijáos en ese avellano, al otro lado del río, fijáos en esa rama. ¿La veis? A simple vista no llama tanto la atención, a su lado hay otras más largas y más lozanas, pero ésta tiene una belleza muy particular. ¿Verdad que es perfecta?, no podemos volver a Dalmacia sin ella. Es cierto que no es del todo recta, pero se curva con una gracia casi sagrada. No imaginaba que algo así existiese, que volviera a sentir esto tras tanto tiempo, había perdido la fe. Hacía mucho que ya ni siquiera buscaba una vara. Pero en estos días pasé mucho junto al río y me he dado cuenta de que la necesito. Confieso que tal vez me he acercado mucho, y la he tocado, la he medido, he visto la perfección en los nudos de su madera, el Sol era testigo, y más allá de esa corteza lisa y brillante he sentido un interior denso y puro, lleno de bien. Hasta hablé con ella, maestro, de veras os digo que es especial, la miro y me hace incluso temer, porque siento el vacío al no tenerla entre mis manos, no puedo respirar... ¡Maestro, con ella podremos cruzar Iliria de nuevo!, yo podré dedicar la vida al peregrinaje, como indica la Orden, llegar hasta donde los pies y la vara me lleven; y subir al fin al surtidor de cesio y ganar en el juego de los abalorios, podremos hablarle directamente al lodo.

-La rama no es recta,
sin embargo algo en ella impresiona, sí.
Pero, ¿por qué tiene que ser tuya,
y si ya tiene dueño?

-¿Dueño? ¿Cómo, maestro? No entiendo, ¿aquí quién la va a aprovechar?, el hijo de algún campesino tal vez. No hay nadie de la Orden en esta parte del mundo, y la gente vive hoy tan lejos de la virtud... ¡la echarán a perder!, sólo les impresionará su corteza, no verán más allá y no cuidarán su interior; la forzarán para hacerla recta, la enderezarán a hierro y fuego, la dejarán secar al sol y se agrietará, maestro. Yo la he observado este tiempo cuando caminaba hacia el pueblo, y lo he meditado estos días mientras curábamos a los enfermos. No amo la madera efímera que la compone, que se marchitará y perderá fulgor con el tiempo, amo algo que no se acaba, una luz cegadora que viene de su naturaleza. La respeto, porque la he mirado, y al mirarla la he visto como la excepción que es. La valoro como nadie aquí la valorará... Y he aprendido de vos, si se resistiese al corte no insistiría.
Sé que podría esperar a que creciera algo más pero creo que puedo sacarla hoy mismo que partimos y trabajarla como me enseñásteis, la rama va a estar mejor conmigo. Seguro que también vos podéis sentir cómo ella tira de mí, ¡decidme que no es cierto!, ¿veis?, también podéis sentirlo. Y entiendo que parte de esta ansia que sufro es posesiva, lo entiendo, pero verdaderamente quiero el bien para esta rama, no sólo busco mi satisfacción, quiero estar ahí cuando salga su propia voz, cuando sean sus vetas las que se expresen, no imponerle algo que yo quiero que sea. Estos días pasados cuando me pedísteis que hablase del camino ante los artesanos, ¡cuántas varas se me ofrecieron! Varas terminadas, elegantes, pero yo no podía dejar de pensar en la rama y el río.
La respetaré como la materia pura que es. Quiero incluso que sea ella la que me guíe por muchos otros caminos por los que yo solo nunca me hubiera aventurado. Oh, va a ser una vara tan bella..., sé lo que debo hacer, sé cómo la puedo ayudar, llegará conmigo a ser todo cuanto ella quiera. Y gracias a ella yo también llegaré a ser todo cuanto puedo. Creo que se lo debo.

-No lo dudo, eres un buen chico,
pero olvidas preguntar lo importante.
Primero: ¿de veras necesitas la vara ahora, hoy?
Controla la emoción y contesta: ¿podrías vivir sin ella?
Y después: ¿has pensado en el que vio la rama antes que tú?,
¿que hay otro que hace tiempo que la mima y la cuida,
que es quien ha escardado así el avellano,
y que espera a que esté lista para convertirla en vara?

-No había pensado en eso, maestro. Pero...

-Olvida la vara que aún no existe,
olvida la rama que ves ahora aquí,
deséale un dueño que la complete
como tú la habrías completado,
uno que la necesite aún más que tú
uno que no puede vivir sin ella.
Atento ahora a la lluvia, respira,
seguimos nuestro camino.

miércoles, 1 de marzo de 2017

LXXXV

Sintiendo mucho más de lo que te convenía
llegaste a ser los sueños de un pueblo gris.

Y según envejeciste
y tus miserias fueron ocupando los días
quedaba a pesar de todo un residuo
que sólo parecía salir de detrás de una mañana limpia,
ambos te mirábamos y se te veía esa canción
que creíamos perdida bajo el beso de la ley.

Y ahí es donde el telón cae y el infierno te persigue
ahí es donde tu hijo te busca
revisando cada decisión que has tomado para llegar a hoy...

Mira qué pasa cuando tuerces la boca,
mira lo que has provocado.