viernes, 8 de enero de 2016

LXXVII (El 42º regimiento de ganaderos a caballo)

Tu tierra se seca,
ellos son extranjeros, la quieren,
mira, ya es suya,
han venido a ayudarte,
cualquier resistencia es inútil;
vas a morir.

Agáchate, síguelos,
pon las manos aquí, así,
no los pierdas de vista,
fíjate en cómo beben, fíjate en sus labios
siente que debes hacer aún más
pues más obtendrás tú de ellos que ellos de ti.

Sígueme ahora,
no digas nada
después de ese jersey siempre llega otra historia,
como después de mis enseñanzas cae más arena.

Por ahora no eres más que un pajarito enjaulado entre mis dedos,
podrías huir, pero no harás nada.

miércoles, 6 de enero de 2016

LXXVI

Nuestra gente vive en una lavanderia plegable,
es asiática y grita que la maten en directo
lanza cuervos al campo de vidrio,
y escupe a los niños, igual que haría cualquier otro chino.

"Nos lo quedamos todo", gritaba
"los diez vagones del tren", gritaba
"la pistola de tu abuelo y la garra de oso negro", gritaba
"nos quedamos también a los perros y al pájaro-pollo", gritaba.

La respiración de los niños blancos cae así en las carreteras
como caerían un par de perlas bajo el agua,
sus jóvenes padres se desnudan en cenizas,
y los seis días siguientes levantan robles, serbales, fruta.

¿Cuáles serán mañana nuestros fantasmas...?
Creemos dar lo recto al mundo aparente,
nunca pedimos nada a cambio de no ofender
y, ¿qué sentimos?: arroz y productos hereditarios.

Occidente se encargará de perder tanto sus estómagos sensibles
con balas de alambre enrollado,
como el alambre de enfardar
enrollado alrededor de los débiles bloques que son sus hijos.