Hermano, medio dormido,
arrastra todavía
una niña que tuvo con él
Muy en su cara,
como una escuela,
yuntas de bueyes que ha merecido
confortable
y envolvente
Desprovisto de cuerpo se libera
al vacío tras las costillas
luego éstas proyectan sobre el sembrado
para siempre recordando el desnivel
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