no saber nada y dejarles que se levanten si pueden.
con el producto del deseo
emancipado en el objeto de deseo,
hasta puedo sentir lo muertas que están mis ramas.
Viendo caer ese fuego
y este trecho del camino cubierto por la lluvia,
una parte de mí que ya ni siquiera es mía
me hace sentir un calor y una satisfacción que no sé si me merezco.
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